domingo, 8 de noviembre de 2020

 Más vale por viejo

 La rebelión de las canas abarca la cima del poder en medio del paradigma de juventud omnipresente.     #PODCAST escuchar. 

Ironía de la vida, el líder de mayor peso político y económico del mundo en el año 21 del siglo 21, será un político de 78 años cumplidos, el presidente más viejo elegido con el mayor número de votos en la democracia modelo de occidente, para reemplazar a otro septuagenario con mente infantil.

"Los abuelitos no pueden salir de sus casas, les queda prohibido por decreto", ordenó en su condescendencia insolente el mandatario cuarentón del reality diario sobre covid 19 en la potencia suramericana contra la caricatura del castrochavismo.

Una mujer monarca nonagenaria, un pontífice octogenario y un político de carrera septuagenario, en parte alta de su séptimo piso, en realidad es la década ocho la que se gasta alguien a sus setenta y más, son ellos los tres líderes mundiales más influyentes en occidente, la civilización imperio de este tiempo. La Reina Isabel de Buckingham, Inglaterra, el Papa Francisco del Estado Vaticano, y el Presidente 46 de la Unión Americana, Joe Biden, recién elegido en la peor tormenta electoral de los Estados Unidos, con el mayor número de electores.

Profundidad en los mensajes transmitidos por ésta realidad, cuando se suponía que los arrinconados e invalidados por la pandemia global son los viejos en una sociedad de jóvenes hacia el mundo envejecido que vivirá la humanidad siglo veintiuno en su quinta y sexta décadas. Cuándo todo pareciera ser una conspiración viral contra los adultos de tercera y cuarta edad, pues ahí están presentes en la cima del poder mundial.

“Más vale por viejo” es el título con el que Tomás Engler y Martha Peláez hablan sobre envejecimiento activo exitoso desde el BID Banco Interamericano de Desarrollo en la primera década del siglo, como prospectiva de una sociedad americana para la vejez.

Los mandatarios jóvenes que tuvo Colombia en los recientes treinta años, dejaron hundir al país en el coctel de la inequidad, desigualdad, exclusión social, corrupción, impunidad y violencia, que empeora en las esferas de poder, en calles de ciudades y en áreas rurales.  El pacto social logrado en 1990 con la carta del 91, fue saboteado por ésa tecnocracia pública subordinada a las famiempresas electorales.  En México la corrupción de la era Calderón y Peña Nieto dieron paso a la abrumadora elección del viejo López Obrador, acusado de populismo.

La rebelión de las canas parece sobreponerse y permanecer firme ante la realidad planteada por el cambio obligado con la pandemia y la omnipresencia de la vida tecnológica. No se dejan excluir y enseñan lo del aforismo del “diablo más sabe por viejo que por diablo”.

Mientras la inteligencia artificial se apodera cada día más de la vida de los menores de cuarenta, los viejos no se dejan sacar del timón de las sociedades. Botón de muestra el caso colombiano donde un viejo controla el país en acto de ventriloquía por interpuesto joven en incompetencia y descrédito político.

Los viejos son realidad con tendencia demográfica mayoritaria en los siguientes treinta años. Los jóvenes eligieron al mayor de dos viejos en la bipolaridad del supuesto país más democrático del planeta. ¿Cuál lección más para aprender en ésta incerteza, incertidumbre del sorprendente siglo veintiuno?

Escrito por Hernando Ayala M Periodista Proceso Sociedad para Todos 30DS.