domingo, 21 de mayo de 2023

👁️‍🗨️ PSICOSIS BÉLICA ¿EL PRESIDENTE ESTÁ ENFERMO EN TWITTER?

* Discomunicados, infoxicados, dismovilizados en sordera voluntaria.

* #ManiacoTwitterDependenciaAdictiva. Escuchaterapia con el corazón.

"Jíbaros de la violencia", fue la última daga verbal que clavó en el ego de la prensa en su twitter el profeta de la política humana del amor y la vida atrapado en una especie de psicosis bélica retórica, algo así como la obsesión por la paz total con tambores de guerra hablada, música de megalomanía. Así andamos los opinadores colombianos en el rebusque de ego inteligencia verbal sin oír para decir la sentencia más contundente que retumbe en los muros digitales posibles.

Sí, como afirma el escritor Silva Romero en su columna de alto rating y repercusión entre la inteligencia mediática bogotana que le copia con buen feedback (realimentación dice alguien para no usar retro), Colombia grita, sin oír ni escucharse. No se comunica en su algarabía descontrolada. Los colombianos persistimos en forjar la disfuncionalidad de escucha e incomunicación que nos mantiene sin entender cómo es coexistir con respeto y armonía en la diversidad. Llevados de nuestro parecer individual permanecemos atrapados con una ego inflamación en posición fetal y la mira fija en el ombligo. Discomunicados, infoxicados, dismovilizados en "sordera voluntaria", como cuando el colón irritable está embravecido repleto de desechos en obstrucción letal. Terrible. 

La tía de secta fanática dijo al pariente, "está bien fulano, aquí me siento callada para que hable pero eso sí, no lo voy a escuchar. La concesión es, "agradezca que hago el esfuerzo formidable de cerrar la boca mientras habla", pero la postura es "no oigo, no oigo, no oigo" como decíamos con las manos en los oídos en los alegatos de infancia durante el juego por algún reclamo. Lejos de ser un problema de medios y comunicólogos, el virus y la endemia tiene su mayor caldo de cultivo de puertas para adentro en las familias. Día de la madre egos desmadrados para hacer sentir quien es más.

En la manida institucionalidad las burocracias de nivel técnico político que filtran y controlan todo, la sentencia es como en los encuentros vinculantes del Plan Nacional de Desarrollo, "elucubren, hablen, escriban, llenen matrices y escritos, boten corriente que al final nosotros a puerta cerrada decidimos". Otra vez "no oigo, no oigo, no oigo" yo y mi parecer decidimos.   Así burlan la participación ciudadana cacareada sin efecto. 

Por alguna traza ancestral vengativa los colombianos vivimos a la ofensiva verbal visceral con el dardo hiriente encendido a flor de lengua látigo inclemente para lapidar a todo el que sea necesario por atreverse a contradecir nuestro punto de vista. "Los ofensódromos" siguen teniendo mayor éxito que los argumentos serios con solidez por incapacidad para sustentar tesis que resistan el rigor dialéctico. Esa incompetencia argumental nos decanta en precipitud por la escalera de incendio de los insultos, ofensas y ataques personales hirientes para sentir el fresco interior de ganar el round con la mayor herida posible en el otro. 

La carencia de empatía y compasión con quien piensa distinto nos estanca en la violencia emocional instrumentada en la ponzoña, el tábano que lacera como supuesta herramienta criticona efectiva para imponer posiciones. Muy paleolíticos en el ejercicio político desde el hogar, analfabetas emocionales disfuncionales en el arte de disentir con respeto. Así seguimos opinando tal cual. Autocrítica en busca de aprender a comunicar amable y asertivo con el corazón como propone hoy el jefe global de los católicos, Papa Francisco.   

Es que la firmeza de la asertividad fue confundida en los estrados institucionales de lo público con altanería, altisonancia, arrogancia y matoneo, en actitud energúmena hace muchos años con especial reciedumbre en los recientes veinte del presente siglo por el imperio de "los buenos somos más" con todo lo que pasó en la cruzada contra el "enemigo interno y vecino". Nos acostumbró ese relato que ahí sigue por todos los espacios de lo público a la violencia verbal, el matoneo dicho, el tono energúmeno y el señalamiento con el insulto. Esa fue la fórmula narrativa de arrinconamiento al adversario divergente. No sólo fue el predicamento de secta prevalente, ahí está la alcaldía de la diversidad inclusión en la capital. 

Acostumbrados a tirar la piedra y victimizarse, en los medios está el caso de la periodista más protegida por la justicia que ha gritado, descalificado e insultado al aire a quien se le ha ocurrido entre ellos a colegas que antes fueron aliados solidarios, pero en esa postura todo está permitido en el imperio de la libre expresión. Imperio sí pero del respeto y la responsabilidad con plenas consecuencias afirmativas. En libre expresión justa se parte del precepto ético que son respetables y de plena aceptación las expresiones dignas de respeto ganado al dar primero lo pedido.  

Si el Presidente de la República está enfermo o no en twitter lo dirá el respeto que merezca su conciencia responsable de la investidura porque no es aceptable que se baje al barro de la psicosis bélica verbal que convierte en sitio indeseable ese sistema de emisiones basura que buscan radicalizar instintos emociones primarias en un reducido círculo de insultadores a sueldo. Colombia como Estado social de derecho y sociedad completa no es twitter ni está en la ponzoña blandiente en ese lugar que en tantas etiquetas huele a descomposición mental y verbal.   

Comunicación amable, sin daño, desde el corazón como invoca hoy Francisco del Vaticano, es una idea superior que debe ser sembrada desde infancia en cada hogar y mejor propósito en todas las relaciones humanas como prevención de toda la violencia retratada en los instrumentos mediáticos. La paz total es el desarme y desmovilización de los espíritus vivos uno a uno. El primero de ellos en la nómina pública no evidencia tal coherencia en su juguete favorito y su trinadera compulsiva. Que alguien logre su escucha, sintonía y comprensión coherente. 

Escrito por Hernando Ayala M.  Periodista  Mail disnnet@gmail.com