domingo, 3 de abril de 2022

AUTISMO… NORMALIZAR VULNERA, DAÑA LA VIDA

Let it be…, dignificar su vida y respetar sus derechos está en aceptar y permitir realizar su capacidad a su manera. Sin curar ni normalizar. Abril 2 Día Autismo.

No menos de 130 millones de seres humanos viven la realidad TEA, relación directa en diverso grado con trastorno del espectro autista, condición neurológica que los sitúa en un funcionamiento distinto a los seres humanos neurotípicos convencionales. Respetar sus derechos y vida digna autónoma a su medida.

Sofía sigue hablando con la misma fuerza de admiración sobre la vida de Juan Sebastián, su hijo con autismo en grado de alta dependencia por discapacidad, quien murió a sus 21 años en diciembre pasado. Filósofa con estudios de doctorado en la misma materia, focalizó todo su proyecto de vida en la causa de la vida digna, los derechos de quien ha situado en el lugar del gran amor de su vida. 

«Juan es mi maestro de vida, me enseñó a conocer la diversidad que hay en la vida desde la humanidad en el autismo, otra forma de ser y estar» comparte en su relato Sofía Buitrago. Todo consistía en permitir que Juan realizara su vida, como era él, con los apoyos terapéuticos justos para su realidad neurológica, sin someterlo a los tratos indignos, crueles y degradantes que violaron la integridad de Juan de manera sistemática hasta llevar a su muerte prematura, en manos del sistema de salud responsable de su derecho a vivir saludable su condición de autismo.

El autismo no es una enfermedad, es una condición de vida de seres humanos con una realidad neurológica particular. Juan Sebastián Melendez nunca llegó a ser un ciudadano en pleno goce efectivo de su dignidad y derechos por cuanto el sistema lucrativo de salud se ocupó sólo de mantenerlo sometido a ser objeto de vulneración y tratos crueles degradantes que acabaron con su derecho a vivir de manera digna y autónoma, expresa Sofía Buitrago, su señora madre que sigue adelante con la causa de los derechos para personas como su amado Juan. Autismo profundo con crisis comportamental severa asociada a déficit cognitivo es el diagnóstico forense de la condición de Juan Sebastián Meléndez (qepd).   Hay miles de Sofías invisibles en realidades tan adversas con grados de vulneración sobrellevados en silencio.    

Sociedades binarias con pensamiento technicolor, acostumbradas a la vida convencional trazada por arquetipos y modas asociadas a la visión de normalidad, todos han de ser como indican estereotipos y prejuicios de los normales, segregan, excluyen, discriminan, todo lo que no funciona en esa visión distante y ausente del valor de la diversidad humana. Esa castración de entendimiento determina comportamientos que vulneran la coexistencia y desarrollo autónomo de otras opciones distintas a los modelos típicos de la vida convencional. Esa forma de pensar y ver a los humanos determina la existencia de categorías y separación en la concepción recortada, estrecha de lo normal como único posible de ser aceptado.  Ahí nace el gran error de la sociedad, comunidad excluyente y la equivocación de padres y familias que no sobrepasan esa presión para pretender hacer lo imposible por normalizar a personas que no tienen porque ser sometidas a vejaciones y abusos de los negocios de normalización de lo diverso. He ahí el conflicto que nace en la negación de la diversidad desde el ejercicio de poder supremacista, normalizador, capacitista exitista.  

Según la agencia federal de los Estados Unidos, CDC Centro de Prevención de Enfermedades, en los recientes treinta años hay un incremento exponencial del diagnóstico de incidencia de autismo en proporción incontenible. En 1990 se habló de un caso de diagnóstico de autismo por cada 2.500 nacimientos. En 2022 según la misma entidad la proporción es de 1 nacimiento con autismo entre cada59 nacimientos. Así una sociedad como la que habita el eje cafetero puede considerar que hay por reconocer, incluir y permitir el desarrollo humano a su manera y capacidad, para unos 40 mil seres humanos en el territorio de Caldas, Risaralda y Quindío. 

Los seres humanos con autismo no son enfermos y no pueden ser sometidos como objetos a tratamientos para curar su condición o convertirlos en personas neurotípicas ajustadas a la normalidad convencional. Todo ofrecimiento en tal sentido es fraude, engaño, negocio venal. Las personas con autismo solo necesitan ser respetadas en su dignidad inherente y apoyadas en el acceso a las oportunidades para el desarrollo de sus potencialidades. El primer paso para suprimir la vulneración de derechos de esta población con sus familias, está en procesar y adaptar la comprensión clara y precisa en equidad con pleno respeto por esta manifestación de la diversidad humana.  

El llamado de la comunidad de Naciones Unidas en cumplimiento de su tratado universal sobre derechos en la diversidad discapacidad, demanda realizar el derecho a la educación con los apoyos y ajustes precisos para el aprendizaje, formación y desarrollo humano de las personas con autismo que son muchas más que las imaginadas hasta ahora, una realidad creciente por la vida contemporánea, segmento de la humanidad donde es posible encontrar nombres de grandes y destacados seres humanos de prestigio, logros y reconocimiento universal. El algoritmo al ser consultado sobre personas con autismo importantes en el mundo despliega notables listas con nombres genios de máximo reconocimiento. Que todos como ellos pudieran alcanzar su cumbre de desarrollo y realización, a partir del respeto, inclusión, equidad, reconocimiento en su diversidad, es el punto exacto a cumplir. 

Escrito por Hernando Ayala M. Periodista     Mail   disnnet@gmail.com   EL OPINADERO