l La dignidad como costumbre enmarca el sueño de Luther King Jr. El poder de la no violencia aprendido en Ghandi para alcanzar el adiós a las armas.
l Un Acuerdo Nacional es con todos y nadie puede quedar atrás ni por fuera.
Llegado el tiempo de liderazgo colectivo noble y generoso, un espíritu de vida convenció a Caín de unirse con Abel para potenciar la vida. Desde entonces la historia corrigió su desenlace. El acuerdo fue coexistencia en paz con dignidad con todas sus diferencias sin querer dañar a ningún otro.
En Sudáfrica lo hicieron en la misma clave con voluntad de todos cuando echaron a la basura las plagas del odio y miedo a los otros. Negros y blancos aceptaron el respeto mutuo y en equipo fueron campeones mundiales de rugby, paz vida y prosperidad compartida. Llegaron a un estado superior que el nirvana, el respeto en vida coexistencia con la diversidad. Un Líder diferente los contagió a todos del virus de inteligencia, voluntad y liderazgo colectivo.
El líder más grato del siglo veinte, Nelson Mandela. Derrotó con todos unidos como nación al miedo y el odio, la peor peste de la humanidad. "Nos necesitamos todos, ninguno sobra, cada voluntad cuenta", fue la verdad que logró sintonizar en todos y se hizo realidad.
La fase culminante del proceso sucedió cuando Colombia pactó su biblia de convivencia en la diversidad y el poder ciudadano, la Constitución de 1991. En 2022 la democracia ciudadana tomó su gran oportunidad y enfrentó su mayor muro, el gran desafío. El relato apenas comienza.
Hubo un lunes 20 de junio en que millones de colombianos despertaron como en Kafka sintiéndose tan raros que no se reconocían en su propio espejo. Pensaron que nada era como antes y que su tierra ya no era la misma de doscientos años donde mandaron los patrones, los de arriba, los dueños como siempre fue. Ahora en un estado mental desconocido decidieron que todo era comunismo y no sabían cómo hacer en la orfandad de algún papá ideológico que decidiera por todos y punto.
Si hubiera ganado el patrón mayor todo estaría seguro, pero la llamada democracia electoral con votos de los de abajo y de la periferia entregaron el país al comunismo. Ahora no somos lo mismo, ahora amaneció el suelo del mismo color de Corea del Norte o de China, o como Rusia o Cuba. El aire ya no huele igual y hasta la lluvia inunda como en tierra comunista. Los profetas del miedo lo dijeron.
Comunismo endemoniado. Uno que no es patrón y una mujer negra que fue trabajadora de casa nos van a dañar la apariencia de ser más que los vecinos. Lo más jodido es que nos desnudaron en nuestra realidad. En semejante desgracia lo mejor es irse del país a esconder la vergüenza de pertenecer a la familia que nos tocó como somos, así nos toque limpiar a otros donde no nos veamos iguales. Los saqueadores seguirán tal cual en su statu quo.
La dignidad no funciona en el servilismo de los fanatismos cerrados e inamovibles que mantienen en ceguera voluntaria a mentes acostumbradas a no querer ver. Son millones en ése estado de negación a avanzar. La tarea es cuesta arriba demasiado empinada, pero va por la mitad. Como en el vaso medio lleno.
Doscientos años anclados en una realidad atravesada por un estado mental de colonia, pesan demasiado para quienes sienten que ser autónomos es de patrones y los nacidos para obedecer sienten que así se vive seguro. La tarea va por la mitad y viene la cuesta más dura. Nadie duerma donde hay voluntad de ser libres del miedo y engaño.
Sudáfrica, el país de Elon Musk, el humano más adinerado de toda la especie en 2022, aceptó un día hacer la paz después del odio incurable entre negros y blancos para ser potencia juntos y lo hicieron. Fue un negro ex rebelde, ex guerrillero, elegido por el voto popular, quien dejó su legado para la humanidad. Factor Mandela es la clave. Es cuestión de aceptar el cambio interior cada colombiano decidido a lograrlo en unidad e inteligencia colectiva. Nada fácil pero posible.
El mandatario contratado para ejecutar el proyecto nación posible en unidad, tiene todas las claves para cumplir la misión, cuidar la vida, salirse de su ombligo y neutralizar el ego, incluirlos a todos sin excepción, ganarse la confianza colectiva, cumplir su misión para todos. Sus grandes Maestros están en su capacidad y experiencia, para aplicar la fórmula adaptada a Colombia, de Ghandi cero violencia, Martin Luther King Jr el sueño hecho realidad de la dignidad costumbre de todos y el factor Mandela donde nadie sobra y todos contamos. La promesa mayor ya palabreada es la del Maestro Líder decano de la Vida, el amor por los otros que todos los días repiten tantos y ahora debe ser práctica real.
Escrito por Hernando Ayala M. Periodista Mail disnnet@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario