domingo, 23 de julio de 2023

ENTRE EL CIPAYO Y EL PROFETA, TRANSICIÓN COLOMBIA

 

  • ¿Alguien tiene claridad sobre el péndulo electoral de octubre en medio del caos e incertidumbre política actual? Ciudadanía libre, crucial. 

  • El hambre de los electores comprables será la jugada repetida de los clanes locales y territoriales dueños del erario.    ¿Les alcanzará?

El primer empleado de la nómina pública colombiana con credencial vigente expedida por las urnas hasta agosto 7 de 2026, mientras no se salga de la legalidad sostendrá las riendas del aparato gubernamental y la torta del erario treinta y seis meses más después de agotados los primeros doce repitiendo profecías en periplo global sobre el destino irreversible de la especie sapiens en su ruta autodestructiva imparable. 

La histeria crispación de los detractores del profeta del cambio está anclada sin fórmula de solución institucional durante el tiempo de vigencia de la credencial del régimen presidencialista, sin remedio ante un mandatario sin miedo, sin nada que perder, dispuesto a lo peor que le pudiera suceder en su existencia física y dueño de su parecer para gastarse su periodo a su manera dentro del margen legal. A mayor provocación, insulto y desafío más rigor del poder que hoy maneja les aplicará el elegido. Todos los políticos vivos, avivatos tantos de ellos, no habían tenido semejante realidad en su trayectoria. El establecimiento completo, los periodismos industriales, sus patrones del poder económico, los frentenacionalistas que siguen ahí en la ubre estatal, todos a una sometidos por el talante desafiante de un gobernante que los mide para ver hasta dónde se atreven.  

El estilo es tan chocante que muchos aliados que votaron por el cambio proclaman su decepción por la forma y la sensación egocéntrica y parecida a la autocracia que ejerce el hoy presidente atípico. La incertidumbre y percepción de caos con el ruido mediático amplificando esa onda expansiva, hace pensar lo peor a todos los que no eligieron el cambio y a muchos que tomaron la determinación de frenar al aparato político depredador que quería seguir al precio que fuere con un candidato impresentable. 

El profeta pensador que hoy ejerce el mando con todas las ínfulas desafía y provoca todo el tiempo a los adversarios a su idea, usó los instrumentos legales en su cátedra del veinte de julio donde tuvieron que oírlo, improbable para sus opositores escucharlo, durante cien minutos. "Mentiroso" se atrevió a gritarle alguno de los ofendidos a sueldo desde una curul. Así los va a llevar ahogados en su bilis a sus odiadores incurables que extremarán todas sus acciones de sabotaje. El clima va a ser invivible este tiempo. 

Es el costo de la transición entre un régimen cipayo con un mandadero elegido sin capacidad entre 2018 y 2022, cargo que hoy ejerce también por elección popular el profeta, pensador y presunto "filósofo" de la política colombiana desde el mando del andamiaje burocrático estatal. Caos e incertidumbre polarizante que tensiona realidades para que los 37 millones de ciudadanos con cédula colombiana decidan qué camino tomar, si regresan a los veinte años gastados de este siglo con todos los males vividos, con la política premoderna de los sesenta años de frente nacional repartija de la ubre pública, o si la gente asume por fin la responsabilidad autónoma de sacar de escena a todos los actuales y hace el cambio real en las urnas con nuevas opciones diferentes.    

La gente en volúmen no ha salido a las calles en la proporción que corresponde a quienes no están de acuerdo ni con el gobierno cipayo anterior y con el gobierno profeta mesiánico desafiante actual que tiene el cambio de sus cuatro años en una maqueta hablada y escrita en un Plan Nacional de Desarrollo que deja a muchos inconformes entre quienes eligieron esta fórmula 2022 hasta 2026. A las calles han salido grupos de interés de los dos bandos en cantidades menores, frente a los millones que siguen observando para tomar rumbo en las siguientes decisiones electorales como las de octubre para el relevo en la burocracia local y territorial. 

En el voto de octubre los ciudadanos autónomos, serios, responsables, con conciencia limpia, deben quitarle a las máquinas del empresarismo electoral venal su única razón, el erario, la ubre del Estado en municipios y departamentos. Esas maquinarias están listas con más billetes para comprar votos con el hambre de toda la pobrecía sin conciencia. Es el momento de todos los que sacaron del aparato nacional a los saqueadores de los pasados veinte años y de los que se abstienen de ejercer el voto, para dar el paso adelante y quitarlos del control de municipios y departamentos que se negarán a soltar como sea. Difícil en los territorios de mayor pobreza.

 
La ciudadanía y el voto popular le movieron en el ámbito nacional el piso al repulsivo establecimiento del negocio electoral que persiste en los apellidos feudales de la política parroquial durante los recientes sesenta años, nietos, hijos, delfines, familias e individuos que no saben nada diferente a vivir del erario, con cinismo total insisten en hablar de ser salvadores del único país que entienden, el entramado de privilegios, exclusiones, corrupción y clasismo que les garantice su vigencia. 

Los ciudadanos sin amo y con plena conciencia digna deben asumir la responsabilidad para no seguir en la vergüenza del espectáculo repugnante tradicional de los clanes de corrupción y degradación de lo público en la democracia local y territorial que debe llegar alguna vez a ser real. El siguiente paso adelante en esta transición es por cuenta de todos los ciudadanos independientes que sacaron del control del gobierno a los anteriores y ahora deben buscar mejor conducción de Estado en liderazgos con solidez a integridad para transformar el mapa de este tiempo. Muy difícil pero no imposible como en el relevo del 2022.  

Escrito por Hernando Ayala M.   Mail disnnet@gmail.com  



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