- ¿Llegó el final de la "fiscalía política" impune de los anteriores dos titulares elegidos por la Corte Suprema de Justicia de 2016 a 2024?
- Luz Adriana Camargo Garzón la "Fiscal 10" y su misión de rescatar la justicia penal en Colombia, ilusiona con alta expectativa a la nación.
Sobriedad, discreción, bajo perfil, imparcialidad e independencia para limpiar a la institución del poder judicial más importante en la política criminal desde la justicia penal, configuran la línea marcada por la titular número diez elegida por la Corte Suprema de Justicia al frente de la Fiscalía General de la Nación, la abogada penalista Luz Adriana Camargo Garzón, posesionada el 22 de marzo por el Presidente de la República con la solicitud de no usar más el derecho penal para judicializar la política partidista ideológica en Colombia con estrategias soterradas de impunidad selectiva denunciadas durante los anteriores periodos desde 2016 hasta marzo de 2024.
La Fiscal General de la Nación deberá reparar el daño reputacional a la institución deslegitimada con profunda crisis de credibilidad y niveles de impunidad cuantificados hasta un 94% en cifras referidas desde investigadores de la situación que hoy vive la justicia colombiana, foco derecho penal, mapa de realidad agravado por el comportamiento escandaloso de los titulares del ente acusador elegidos por la Corte Suprema de Justicia para los periodos constitucionales de 2016 hasta la fecha de elección de la titular actual para el periodo número diez desde la creación de la institución, segunda mujer nominada en propiedad por el máximo tribunal de la magistratura penal.
En la atmósfera nacional de la opinión pública y la misma institucionalidad se respira un alivio evidente después de superar el ruido político generado por el antecesor de la nueva Fiscal General de la Nación, un tal Barbosa que abochornó hasta el hartazgo a todo el sector de la justicia y el derecho, la academia y los jubilados con autoridad de la magistratura y el ejercicio de las leyes, con un estridente y grotesco e indelicado comportamiento en la titularidad de ese cargo llevado a su peor expresión y comportamiento degradado por cuenta de la agenda política que le impusieron quienes lo encargaron de esa misión caracterizada por ser la más feroz oposición política a un gobierno de ideología contraria al origen del triste viudo de ese poder. Patético fue ese episodio de cuatro años de politización. Pasada la página, la Fiscalía General de la Nación como institución tiene una ruta definida con la nueva titular que del dicho al hecho si ejecuta su plan estratégico con los cinco pilares anunciados para centrar el mayor rendimiento técnico posible, debe rescatar el lugar que corresponde a esa estructura judicial.
"Más fiscalía y menos fiscal. Cero agenda y opinión política. Imparcialidad en la administración de justicia. Poca presencia y opinión en los medios". Son las pautas de comportamiento referidas por una autoridad de estatura y talla profesional al frente de la Fiscalía General de la Nación hoy con la titularidad de la penalista Luz Adriana Camargo Garzón, elegida en propiedad como la Fiscal 10, para el décimo periodo de vida de la institución. Han sido ocho fiscales hombres y dos mujeres los diez titulares elegidos por la Corte Suprema de Justicia de las ternas nominadas por siete Presidentes de la República durante nueve gobiernos, con las dos reelecciones presidenciales vividas este siglo veintiuno.
Una reforma a la justicia penal para atacar las fallas estructurales que determinan la impunidad casi total en Colombia, es uno de los compromisos clave asumidos en el trabajo armónico con independencia y autonomía imparcial anunciados por gobierno y fiscalía en la posesión de la Fiscal General de la Nación que simboliza hoy en la ilusión de los colombianos y mientras no se demuestre lo contrario, la decencia e integridad profesional en el ejercicio de la administración de justicia para todos para recuperar la esperanza en un sistema judicial confiable para el Estado Social de Derecho.
Luz Adriana Camargo Gazrón Fiscal Geneal de la Nación
Al margen y sobre la vieja política con sus malas prácticas dañinas de la fé pública.
¿Persistirá la era Gaviria en la UTP Universidad Tecnológica de Pereira por encima de la normatividad y legitimidad?.
¿Qué hay en un contrato de 104 millones de pesos de la Universidad pública de Pereira para un ex magistrado gavirista con el encargo de responder un derecho de petición sobre la señalada no legalidad de una nueva reelección del rector Gaviria hermano del expresidente?.
Vicios del poder político que nos trajo hasta donde estamos.
Opinión Acto Editorial escrito por Hernando Ayala M. Periodista
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