l País real ciudadano en movilización permanente pulso leal contra el país formal de la corrupción, cobardía e impunidad cuello blanco.
l Cuatro veces fue derrotado el miedo en cuatro meses. Imposible asustarse con su sombra en el chantaje de las amenazas. No más mitomanía.
Era el reino de la cobardía, el negocio más rentable para cobardes mediocres embaucadores del poder, hasta que un día el acobardamiento se agotó, el miedo se murió y la gente decidió moverse en conciencia de cambio, empezando por desterrar la mitomanía de las amenazas, sombra del miedo.
Así es el pulso limpio y la medición de fuerzas en el terreno de la democracia leal está representada en el resultado de las cuatro elecciones ganadas por la gente sobre las maquinarias electorales en 2022.
Está derogado el esquema impuesto durante la democracia representativa de las dinastías roscas venales de poder feudal en la historia legal del régimen leguleyo más promiscuo del mundo con elecciones y fraudes de todos los pelambres. Seis millones de normas escritas y burladas durante doscientos años, en un territorio donde los notarios son millonarios regentes cagatintas en pleno Metaverso. Es Macondo, realidad ficción.
Están descolocados del todo los mil quinientos viudos huérfanos del timón legal del Estado, sin la firma representante legal de la estructura normativa, que hoy la maneja un mandatario descamisado que les rompió todos sus protocolos y alfombras rojas de hipocresía formal y les habla mirando para otra parte porque se dirige todo el tiempo en lenguaje coloquial de parábolas mesianicas al pueblo, a la masa, a los de a pie. Los del poder lo miran con desconcierto, desprecio y desconfianza. No es de su bando como lo fue el incompetente relevado. Él se define como soñador y poeta de la política. Ahora tiene que aterrizar en resultados con indicadores de realidad.
El primer empleado del Estado habla para que todos entiendan y así ejerce su obediencia de ser mandatario de la totalidad de ciudadanos con derechos. Los acostumbrados a imponer sus intereses sobre los derechos de todos están atragantados con todos sus sapos pensando sólo en la fórmula de sabotaje a un régimen que no les pertenece y no tendrían en sus manos si se cumple la orden voluntad de cambio de la mayoría en democracia legítima. Que no se vulnere ningún derecho fundamental de ningún colombiano y que la equidad legítima no permita abusos ni privilegios venales como la esencia del régimen derogado.
Las masacres por todo el territorio en la intensidad de todo éste siglo significan una guerra civil solapada, mimetizada y degradada porque siempre resultan de una violencia mercenaria contra objetivos inermes desarmados. Es una mirada sobre una realidad que permanece y ya hay voces amenazantes incitando a empeorar este caos. ¿En qué otro territorio de Suramerica se vive éste fenómeno?. México y Centroamérica tienen su realidad, pero Colombia es caso crítico en la región por el multicrimen y sus promotores de cuello blanco.
En medio de semejante complejidad, con los alaridos de sabotaje a un gobierno con mandato de cambio, saboteo amplificado por parlantes del establecimiento resentido por la viudez del poder presidencialista, periodismo chayotero también huérfano de engrase a su venalidad, van a subir el volumen del ruido para confundir y escalar el caos formal. Hacen lo suyo, lo que saben. Desesperados ruegan día a día por una anarquía de ruido que no vaya a tocar su inventario.
El pulso está en la sintonía del mandato popular alineado con la burocracia que debe realizarlo, en coherencia firme de cara a las urnas en 2023 y 2026 para no devolver lo avanzado y relevar hacia adelante a los operadores del cambio y la fuerza contra cambio y reforma estructural que amenaza de nuevo con lo que sabe, desalojar y despojar. Ni desalojadores, desplazadores ni invasores ilegales. La equidad debe llegar con el paso a paso de legitimidad, que incluye la legalidad limpia o esto se va a la confrontación de barbarie y destrucción.
Movilizarse es democracia día a día en sintonía y alerta constante, saber en qué va el cambio y ejercer en legitimidad sin vulnerar derechos de nadie , decisiones firmes, claras, informadas, coherentes para no devolverse y dejar todo de nuevo en manos de los mil quinientos depredadores que dicen ser los únicos que trabajan en este territorio mientras cincuenta millones viven de ellos, apenas recicladores de erario saqueado.
No más engaño, cuento ni chantaje de un establecimiento que debe cambiar sus condiciones demostradas hacia la lealtad, legitimidad y equidad en el respeto a los derechos de todos. No más codicia, venalidad impune en la realidad tramposa. La ciudadanía derrotó al miedo y ahora no puede acobardarse con su sombra. No más chantaje ni amenazas de siempre. A cuidar y potenciar el cambio todos. O seguimos en el negocio rentable de la cobardía corrupta.
Escrito por Hernando Ayala M. Periodista Mail disnnet@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario